Hombres que usan alas de pájaro vuelan sobre Os Ancares a muchos metros de altura, pájaros-parapentes de tela que desafían a los vientos para gozar de la singular belleza de nuestros montes y valles. Alas de tela que permiten a los hombres volar aprovechando corrientes térmicas; volar como las águilas. Hombres-pájaros que alcanzan grandes alturas, miles de metros, y que producen envidia en los observadores mientras ellos disfrutan surcando los cielos, y tuve ocasión de verlos aquí en Os Ancares.
Os Ancares a Galicia bonita, terra da estrela panadeira lugar de encuentros a fermosura dunha paixaxe a vista de pájaro.
Siempre ambicione volar como los pájaros, libre y sin fronteras, quizás por ello no me gusta verlos en jaulas; tampoco me gusta ver la agonía de Os Ancares. La demora en la declaración de la comarca como Parque Natural para lograr un desarrollo sostenible y acabar con la emigración de sus gentes propicia y prolonga la agonía.
ANCARES PARQUE NATURAL ¡YA!
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