¡Ay, si hablaran los vientos!
¡Si los vientos hablaran! ¡Si los vientos de Os Ancares hablaran de sus Agostos, cuando sus aldeas renacen con el retorno de sus emigrantes!
¿Que nos dirían?
...Que todas las aldeas de los Ancares cobran vida durante el verano cuando regresamos los emigrados y, quizás, con el pretesto de las fiestas patronales, elegimos Agosto para el disfrute de las vacaciones y así nos vamos encontrando los “veraneantes” de Madrid o Barcelona, recorriendo “as feiras e as festas”, sin rivalidades entre los que viven en Cataluña o en Madrid, en apariencia al menos; ¡Todos somos galegos!.
...Que una increíble resurrección se produce en la aldea, casi vacía en el invierno, llenándose de reencuentros inolvidables plagados de “lembranzas” de la juventud; aventuras, travesuras, primeros besos, amoríos, deseos confesables e inconfesables, y también, como no, de nuestra nueva forma de vivir en Cataluña, en Madrid o en otras partes, a buen seguro, con alguna que otra presunción.
¡Ay si hablaran los vientos!
¡Ay, se os ventos falaran, falarian en galego! Hablarían en gallego, sin duda; no como los paisanos del comercio que se empeñan en hablarme en castellano creyendo agradar mi oído o aquél rapaciño de mi aldea que se asombra cando eu falo en galego y dice con cara de estupor: “anda si habla gallego como nosotros”
¡Pues claro, chaval!
¿Que le puedo decir?
¿Que le puedo decir a quien no me vio nacer en la aldea?
¿Que le puedo decir aquellos que me reciben con la la frase habitual -“xa están aquí os … madrileños...os catalans...
...Que da gusto reencontrarse y rememorar...dejar aflorar los recuerdos apilados en los tiempos de antaño...,
Que agrada ver que el verano es la fecha esperada por todos; los que viven en las aldeas y los que venimos de “vacaciones” para gozar juntos de los recuerdos guardados que afloran contemplando los cielos de los lugares que nos vieron nacer; falanda en castelan, catalan ou galego.
...Que anhelamos nuestra tierra, -EL BAÚL DE LOS RECUERDOS VA SIENDO VIEJO- aunque nuestro deseos de volver puede que jamás se cumplan y por ello nos deleitamos en los vientos estivales llenos de aires de fiesta. Apetece, y mucho, todo aquello de lo que nos privamos cuando emigramos y saboreamos con placer, unha taza de caldo ou un chorizo...y como nos encanta ver a nuestros hijos seducidos por la aldea tratando de encontrar un lugar para conectarse a Internet.
¿Que dicen los vientos de Internet, la gran red y las redes sociales que propician citas y encuentros nunca pensados?
¿Que dirían los vientos, si hablaran, a los que viven todo el año en la aldea y a los que retornamos de visitarla?...Pareceme escoitar... volve cedo e trae pra Galicia a todos os galegos!
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