Viajar en tren un 11 de Marzo, es motivo -sin desearlo- para que acudan a la memoria las imágenes de la tragedia, los atentados del fatídico 11 M. Embarque en la Puerta de Atocha de Madrid en el AVE y llegué a Zaragoza sin lograr alejarlas de mi mente; por fortuna, el veloz tren, recorre la distancia en un abrir y cerrar de ojos. Tras el rostro alegre de mi hija y el esplendido día de sol de la ciudad desaparecieron los recuerdos. Caesar Augusta nos ofreció un buen día para recorrer y visitar la ciudad; desde el Pilar a la Seo pasando por el tapeo en los típicos lugares de las estrechas calles de la Zaragoza más antigua. La soleada tarde acabó en una noche lluviosa y con la perdida de mis gafas. El contratiempo me volvió a sumir en la catástrofe vivida en Madrid y a pasar una mala noche. Por ventura, por el buen hacer de un taxista, mi desgracia acabó en la mañana del 12. En la recepción del Hotel Don Yo, el amable y gentil taxista que me había transportado hasta el hotel la noche anterior, retorno a él para depositar las gafas extraviadas por su desconocido cliente allí hospedado...
No se quien eres; se como te comportas y como no puedo darte las gracias personalmente , utilizo este medio para dártelas ¡Gracias!
Xardonmanrofer, un madrileño nacido en Galicia, no tiene palabras para agradecer el gesto.
Mi gratitud y la de mi familia para con tan buen profesional y nuestra felicitación al gremio de los taxistas de Zaragoza por contar con tan buenos compañeros.
¡Gracias maño! ¡Nobleza obliga!
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