16 junio 2009

IRMANDIÑOS -tercera entrega-

CONTOS, LEENDAS E HISTORIAS DA COMARCA DE ANCARES E OUTRAS COUSAS.
UN RELATO, ENTRE LA HISTORIA Y LA FICCIÓN, SOBRE EL LEVANTAMIENTO DE LOS VASALLOS CONTRA LOS SEÑORES FEUDALES DEL REINO DE GALICIA (EN LA EDAD MEDIA) ÁLLA POR EL AÑO 1467.

A HISTORY, BETWEEN THE HISTORY AND THE FICTION ON THE RAISING OF THE VASSALS AGAINST THE FEUDAL MASTERS OF THE KINGDOM OF GALICIA (IN THE AVERAGE EDAD) SOMEWHERE NEAR THE YEAR 1467.

TERCERA ENTREGA

Pedro Roi Xordo, trocado en monje, muestra la carta del abad del Monasterio de Sobrado de los Monjes solicitando al prior del Monasterio de Villafranca del Bierzo ayuda para instruir y formar al hermano Pedro “quien tiene reconocidos méritos como boticario”; vuestra gran botica y experiencia es necesaria para la mayor formación de nuestro hermano, “para la mejor formación de nuestro hermano a quien el señor tiene destinado para desarrollar los más altos cargos” te ruego le acojas a fin de que pueda transmitir mayores conocimientos entre los novicios de nuestra orden. Dios os guarde.

Acepta de buen grado, el padre Prior al monje de Sobrado, le proporciona alojamiento y le libera del cumplimiento de las reglas para que pueda participar de las enseñanzas de los boticarios.
Pedro Roi, tiene que cumplir su misión en las tierras bercianas; buscar adeptos a la causa irmandiña y debe hacerlo sin levantar sospechas. Las labores de recogida de plantas le permiten recorrer las tierras bercianas del Conde de Lemos pasando desapercibido.

En los dominios de Pedro Álvarez Osorio hay que andar con mucha precaución. El todopoderoso Conde de Lemos, acaba de recuperar las tierras del Duque de Arjona, heredadas por su mujer Beatriz de Castro y dispone en ellas de muchos partidarios. Pedro Álvarez Osorio es un rey sin trono, un verdadero tirano al que temen todos sus vasallos y sin embargo dispone hombres que le sirven con autentica fidelidad y devoción; en la jurisdicción de su señorío, tiene ojos que vigilan por él, informadores a los que es muy difícil evitar e incluso comprar.

Frey Pedro Roi, actúa con cautela, nadie debe conocer su verdadera misión. Recaudar medios en tierras esquilmadas no es una tarea fácil, tampoco lo es conseguir adeptos y menos lograr armarlos.

Los arcabuces necesitan pólvora, conseguirla y transportarla sin levantar sospechas presenta muchas dificultades; picas, espadas y cuchillos son más fáciles de obtener y almacenar. Por otro lado, para levantar hermandades hay que acceder a las gentes y explicar de modo convincente que la hermandad es instrumento que busca garantizar el orden público. Organizar un ejercito popular de jinetes y soldados a espaldas de señor de Lemos y sin contar con el respaldo de la corona es sin duda una tarea muy difícil, pero el caballero novicio de la Orden de Santiago, Frey Pedro Roi Xordo no se arredra...

ANOTACION

*MONASTERIO DE SOBRADO DOS MONXES 1.142 el Conde Fernando Pérez de Traba y su sobrina Urraca, donan el cenobio al Abad Pedro y sus monjes blancos venidos de Claraval. En 1.147 el Papa Eugenio III confirma su fundación y en 1.498 se une a la Congregación reformada del Cister. Durante los siglos XVII y XVIII vivirá su época de mayor esplendor con importantes ampliaciones y grandes reformas.

La fuerza de la lluvia azota por igual a jinetes y a las gentes de a pie; los hombres del corregidor y los del abad de Mondoñedo avanzan empeñados en llegar cuanto antes a la puerta del reino gallego, a la Villa del Burbia. Juntos salieron de Salamanca, juntos caminan desde hace jornadas; quieren llegar antes de la caída de la noche pues no son tiempos de andar en burgos extraños y menos en aquella villa del Bierzo. Villafranca es un burgo de estrechas calles, empinadas cuestas que cuenta con su propia guardia nocturna y podrían ser confundidos y tratados cual ladrones.

Conforme avanza la tarde, amaina la lluvia al tiempo que aparecen las agitadas aguas del Burbia, entre la bruma, los viajeros divisan las silueta de la villa; ante ellos aparece el hospital de Santiago y el monasterio de la orden del Clunny; al fin podrán darse un descanso.

El abad del monasterio en persona acude a recibirles auxiliado por su monje más apreciado, Tomas de Torquemada quien se encarga de alojar a los viajeros; sabe que no son peregrinos.

El Corregidor goza de amplios poderes políticos y judiciales y no es solo el representante de la corona; es el elegido por su majestad Enrique IV para llevar a buen termino una delicada misión y sus mensajeros se encargan de dar a conocer la voluntad real: “que todos sus siervos se apresten en facilitarle la tarea”.

Al Corregidor, teniendo en cuenta la alta distinción, le ofrece la estancia destinada a los visitantes ilustres en la que pueden acomodares los hombres de armas. El abad de Mondoñedo puede quedarse en su propia residencia y los restantes miembros de la comitiva son distribuidos en las dependencias destinadas a los monjes de paso.

Tomado aposento; Tomas de Torquemada hace despejar la estancia destinada a tahona de los peregrinos y acondiciona el local para una frugal cena finalizada la cual, llega la hora de entregarse al descanso. Los fatigados viajeros abordan con ansia los jergones y se entregan al sueño.

Un monje, abandona la sala de trabajo situada encima de la biblioteca, atraviesa la sala de sangrías y rodea la abadía, se desliza con cautela aprovechando la complicidad de la noche, con cautela se ; oculta en el hospital y espera...

Frey Alvaro Roi, sale de la dependencia de los monjes, cualquiera diría que se dirige a rezar en la iglesia abacial, sin embargo, sigilosamente pasa por el calefactorio, deja a un lado la sacristía, se introduce en la zona de baño de los novicios y finalmente se encamina a la pequeña capilla de los novicios; desde allí accede a la sala del hospital... Los dos hombres se encuentran y se funden en un abrazo; ambos son del mismo linaje; están al servicio de la misma causa, por sus venas corre sangre de bravura indomable, ambos caballeros de la orden de Santiago...

¡Hermano, hermano mio, al fin! ¡los largos años de espera nos son recompensados! -dice Alvaro- ¡al fin!. -¿a que viene el corregidor? - pregunta Pedro

¡Trae cartas y poderes del rey para constituir hermandades allí donde sea requerido!. Loado sea Dios! exclama su hermano-, ¡Por fin Enrique nos toma en consideración! ¡Tendrías que haber visto a Xoan Branco en las cortes salmantinas defendiendo con ahínco la constitución de las hermandades! ¡Su voz resonó sin retumbar llena de enardecimiento!: “ la nobleza gallega hace muchos años que abandonó sus obligaciones de gobierno; nuestros nobles son indignos de ostentar sus señoríos, son incapaces de mantener el orden, están más ocupados en robare entre ellos que ejercer el necesario gobierno. El campo, los caminos, los montes y las ciudades; aún sin recuperarse de la peste que asolo nuestra tierra, se encuentran plagado de bandidos. Monasterios,conventos e iglesias son asaltadas impunemente. Los abusos de los nobles son insostenibles, sus fortalezas son nidos de malhechores. Betanzos, necesita seguridad paz y justicia; A Coruña, Ferrol, Pontevedra, Santiago, Lugo, Ourense, y todo el reino precisa la formación de hermandades a fin de salvaguardar las vidas”- ¿Que dirías que paso?- ¡Fonseca se levantó y aplaudió fervorosamente!-. Y...aceptaron:

¡Aceptaron la propuesta de formar milicias para proteger el comercio, pacificar el difícil tránsito por los caminos y perseguir a los facinerosos! ¡Aceptaron, al fin podemos crear hermandades!...

Al amanecer del siguiente día, los hombres del corregidor y los del abad de Mondoñedo abandonan el monasterio por la puerta del perdón de la Iglesia de Santiago; ellos no obtendrán perdón sino cumplen con su mandato, el perdón de los pecados solo esta reservado a los peregrinos enfermos, ellos, aunque abandonen la promesa, ganan el jubileo...

Se alejan de Villafranca los hombres del Corregidor y del Abad a los se han unido los reclutados por Frey Pedro, monjes-soldados con carros cargados de boticas; tras ellos queda, el Hospital de Peregrinos, las torres de la Casa Morisca y del palacio de Torquemada, por delante les esperan las dificultades de la montaña: el ascenso a “petra ficta”, Pedrafita y las fuertes laderas del descenso; antes de llegar al Monasterio de Penamaior.

Las gentes los ven partir reunidos en el Hospital de San Lázaro, ellos tratan de fundar su hermandad y constituir la milicia popular berciana. Los clérigos, incluido el abad, los canónigos de la colegiata de Santa María, los monjes de los monasterios de San Cosme y Sancti Spíritus y las gentes del burgo también quieren una Hermandad para el Bierzo...


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