En las historias contadas junto a lareira, al calor del fuego sagrado, siendo bien niño, escuché muchas andanzas de los bandoleros gallegos. En Galicia, a causa de la miseria y de la injusticia, surgen los bandoleros, igual que en otras partes y del mismo modo, roban a los ricos para dárselo a los pobres, eso dicen las leyendas.
Las correrías y peripecias de Pepa a Loba que transcurrieron en la segunda mitad del siglo XIX llegaron a las aldeas contadas por copleros populares y sobre todo por los viejos de las aldeas que fueron situando sus acciones en lugares próximos, calaron y perduraron en el tiempo y no era para menos. Y como es lógico aparecen muchas y variadas versiones. En la más extendida se dice que Pepa a Loba nació en “una casa pobre y que desde muy niña comenzó a trabajar” … “Pepiña, se enfrentó con el lobo y luchó ferozmente con él, le dio muerte y resulto malherida”, también son muchos los que aseguran que vio la luz en tal o cual comarca y aldea.... Quienes narran aquellas historias no se ponían de acuerdo, y la verdad es que poco importa. Sin embargo hay autores, osados ellos, que lo sitúan en la parroquia de Couso (A Estrada) incluso hay quienes fijan su fecha de nacimiento allá por 1835.
Pepa a Loba, o Pepas Lobas de las quiero hablar, son fruto de mi imaginación o quizás no, por supuesto, quien mejor que el lector para decidir. Mi Pepa a Loba, mis “lobas” muy bien pudieron haber nacido y haberse criado en cualquier aldea de Os Ancares ...aunque, eso si, no se sabe muy bien cual o cuales. Tanto pudo ser en el Concello de Becerreá como en el de Cervantes, As Nogais o en cualquier otro, todo es posible, y por tanto para mí, Pepa a Loba es Ancareña! ...puede haber otras “Pepas Lobas”, y pudo haber “otras” tanto o más aguerridas que la capitana de ladrones “de aquellos otros tiempos” más de fábula y leyenda, y tal vez, de invención y cuento.
Mujeres valientes y combativas acostumbradas a enfrentarse como “lobas” a las vicisitudes pueden encontrarse en cualquier rincón de Os Ancares. Sabemos y conocemos, que por estás tierras, existieron y existen rapaciñas, capaces de enfrentarse ellas solas “al lobo” para defender su ganado... ganarse el pan para el sustento de sus familias. Conocemos crudas historias poco o nada diferentes a las del difundido mito de Pepa a Loba. Mujeres capaces de enfrentarse a los lobos por muy fieros que estos sean. Siempre las ha habido y siempre las habrá y mucho más si se trata de mujeres nacidas en tierras ancareñas.
Las andanzas, de “aquella” Pepa a Loba, la que según unos, nació en A Estrada, recorren todas las sierras y montes gallegos. “Aquella” Pepa a loba, según la tradición oral, fue criada con inmenso amor y cariño materno; del padre nada se sabe, y desde muy niña comenzó a trabajar..., se enfrentó sin temor a las fauces del lobo ¿Fabula? ¡Quizás!. “Aquella Pepa” aparece tiempo después, adoptada o casada con un hombre viejo y rico que la nombra su heredera y muere asesinado; se dice que cuatro hachazos acabaron con su vida y...para aderezar bien la historia, que no falten ingredientes...le adjudican o le encuentran, un joven novio...y claro, los jóvenes enamorados son reos, culpables del crimen...el novio exculpado y “aquella Pepa” condenada a cadena perpetua. La injusticia esta servida ¿Quimera? ¿Ficción?... Sin embargo, las gentes de su tiempo, sospechan que ella no había cometido el crimen...Invención o cuento; Pepa a loba pide confesión, asesina al clérigo y escapa de la cárcel de Pontevedra vestida con sus ropas... En adelante, como es tradición, habrá pocas acciones que no sean atribuidas a “la capitana de bandoleros”...para unos vengativa y sanguinaria y por otros admirada. Pepa a Loba aparecía cuando las autoridades la necesitaban para justificar fechorías, atrocidades o asaltos, mientras tanto, campesinos y aldeanos se sienten identificados con su rebeldía de campesina azotada por la miseria, la injusticia y la crueldad...¡Así nace una leyenda!
Hay más de una versión en la leyenda sobre la vida de aquella Pepa a loba, la capitana de bandidos. Se dicen en ellas, que Pepa a Loba estuvo amancebada con un rico hombre, viejo libidinoso al que entregó su joven cuerpo e incluso le dio hijos. El viejo rico en cuestión prescindió de ella en cuanto encontró sustituta, no sin entregarle a cambio una cuantiosa bolsa de monedas...Pepa a Loba, la sanguinaria, se las arrojó a la cara exclamando “mi sangre te dí y con sangre has de pagarme” tras esto desapareció no sin antes haber dado muerte a sus hijos... Suena a mitología, o quizás a versión novelada pero...a saber
Pepa a loba, la de mi historia, no pertenece a “esos tiempos”; es contemporánea y desde su tierna infancia gozo del cariño y amor materno y paterno...a mi Pepa a Loba no la llaman en la aldea “Pepiña”, ni se decía de ella que tuvo que trabajar desde bien pequeña... Trabajar, trabajó, como muchas y muchos; desde bien pequeños ..., tampoco se decía que era pobre y misera de solemnidad o que diera de comer a lobos, pero sabemos que se enfrentó a ellos en las leiras del monte defendiendo los ganados, que ni tan siquiera eran suyos, y salio victoriosa. La hazaña se conoció, claro que sin comparación con la otra/s Pepas lobas, no se esparció...
La vida y las circunstancias de Pepa a Loba, ésta de mi relato, son realmente parecidas, aunque nunca pensó en echarse al monte o trastocarse en Guardia Civil para asaltar rectorales y tampoco sus vecinos “encubrían sus fechorías”, ni se llama Pepa, pero si que es una “loba” Una rapaza que quedó huérfana de padre, junto a su madre y dos hermanas, la más pequeña con sus facultades mentales disminuidas; vio a su hermana mayor abandonar la aldea felizmente casada mientras ella iba creciendo notando derrumbarse la casa natal, que por cierto no era tan misera como cabria suponer; era más o menos, como todas las de la aldea, aunque cabe la posibilidad que todas las casas de la aldea fueran igual de pobres y miseras... Cierto, día la madre de mi Pepa a Loba, encontró una solución a la pobreza obliga: casarla con “aquél que era dueño de casa hidalga sin ser hidalgo” y aquél hombre, que sin ser viejo, lo parecía, se la llevó a su pazo, más como amo que como esposo y marido. Gozo de su hermoso cuerpo, obtuvo hijos de ella y no perdió ocasión de maltratarla hasta el punto de obligarla a yacer con sus propios hermanos. Mi Pepa a Loba, acabó bebiendo a escondidas el vino de la bodega del “amo”. Murió entre los cerdos envuelta en los vómitos de alcohol sin ser llorada ni por sus hijos.
Mi Pepa a Loba, jamas asaltó a los vecinos, nunca pensó en beber la sangre de sus hijos y quien contó con muchos encubridores no fue precisamente ella... Trágico y espeluznante, es mi relato, y suceder, sucedió y aún hay “otras versiones” en las que algunas gentes le atribuyeron estar poseída del “mal lobezno” haber sido mordida por canis de la noche, el can del diablo, y por ello, cuando sufre los ataques, hay/tienen, que amarrarla y encerrarla... Dramático y sobrecogedor resulta, igual que a perro flaco...Nadie se acuerda; Pepa a Loba hace tiempo que desapareció sin dejar rastro...
Y como es lógico aparecen muchas y variadas versiones, incluso en mis imaginarios recuerdos hay “otra” Pepa a Loba más cercana y mucho, muchísimo más real y maternal. “Alma mater“ símbolo de sacrificio y entrega de mujer luchadora y trabajadora, capaz de cualquier sacrificio y no pongo en duda que pueda inmolarse o matar por los suyos pero... esta “otra” Pepa a loba, que conocí, y no olvido; vivía en la mayor de las indigencias en un miserable “chozo” alejado de la aldea en las faldas del monte, en medio de ninguna parte y entre unas pocas ovejas y cabras que le proporcionaban calor en los fríos y crudos inviernos. No se llamaba Pepa, me acuerdo y recuerdo que era muy raro verla fuera de los montes pastoreando sus pocas cabras y ovejas, lo que no soy capaz de evocar es como y cuando, misteriosamente apareció en su choza una hermosa niña, al parecer huérfana a la que dedico todo su cariño. Mi “Loba” era ciertamente temida, la creían con poderes sobrenaturales. Cierto o no, ella no hacía nada por desmentirlo, hasta en su pobre vestimenta se parecía a una “meiga”. Se la veía en el monte acompañada de unos poderosos canes que en las noches aullaban como los lobos y los aldeanos decían que ella tenia sus aullidos aún más poderosos; así que la aparición de aquella niña, sin duda era todo un misterio. La enigmática aparición, logro en pocos años, conforme la “huérfana” iba creciendo, que mi loba se fuera transformando... De haber acogido a una sobrina paso a tener una hija ¡La hija de la Loba! ¿Donde no pondría aquella “Loba” a tan bella criatura? Aquella “loba” aislada y apartada de todos, comenzó por dejarse ver en ferias y mercados, comprando y gastando en su protegida, dando lugar a que las gentes se preguntarán por la procedencia de sus monedas...y claro; que si un cofre de los “mouros” que si hubo un asalto en... lo más chocante... para mis recuerdos, hay lagunas en las que nadie mencionaba al hombre que de cuando en cuando aparecía por la aldea a visitar a la “Loba” al mismo tiempo que algunos murmuraban; e o pai, e un crego doutras terras. No soy capaz de acordarme como o cuando exactamente la “Loba” murió, y que fue de aquella linda y agraciada “hija de a Loba”, que también desapareció. Es probable que terminara emigrando, presumiblemente a Madrid o Barcelona, como la mayoría de los Ancareños...Como yo mismo, aunque sea un gato.
1 comentario:
unas leyendas muy interesantes, gracias por tus relatos
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