En la cocina, reunidos en fraternidad, al calor del fuego, recién cenados, las familias de Xárdon y Moreira charlan animadamente.
Habían consumido la tradicional cachola, parte superior de la cabeza del cerdo, como se venia haciendo desde los tiempos pasados, por los carnavales, el revocar del humo, inundo la estancia, haciendo irrespirable el aire y el patrón, Moreira, ordeno la apertura de la ventana para descongestionar la habitación. Cuando la ventana se cerro, una vez una vez ventilado el habitáculo, una extraña sensación se apodero de todos. El viejo patriarca de Xárdon, despertó de de su sopor, anunciando:
-!Veu o Meigallo!
Asunción, la mujer de Moreira, terminando de de cerrar la ventana, estremecida, le contesto
!Ya esta ud. con esas!
-!No hija! Bien sabes tu, que ó Meigallo utiliza toda clase de artimañas para introducirse en los hogares donde reina la armonía? No recuerdas otras veces, cuando tapaba las chimeneas para poder entrar, al tener que abrir las puertas y ventanas?
-En el pasado, ?no como ahora!, los ancianos, teníamos reservados en el escano el primer lugar, y no era por privilegio, ?que también!, sucedía para que pudiéramos apreciar la visita de los familiares que habian abandonado este mundo y solo nosotros, quizás por estar próximos a abandonarlo, eramos capaces de localizarlos.
-?Entonces ud. puede ver las almas en pena? Y dirigiéndose a la puerta de entrada, tomo la la escoba por el mango, y amenazante y exclamo:
-?Donde esta ó Meigallo?
-Hace muchos años que perdí la vista. Pero puedo presentirlo en el corazón, en mi alma. Harías bien en no tomártelo a broma, con los espíritus no se debe de jugar, los hay buenos y malos, como Dios y el demonio, puede que estén en todas partes.
-Los meigallos también son así?Os acordáis de Benito dá Cruz? Benito dá Cruz, hijo del sacristán de As Grovas, era un Meigallo bueno, acudía en auxilio de quien le necesitara, sin importarle las horas del día ó de la noche, lloviera o nevara, sin cobrar, ni a los pobres, ni a los ricos. Bien cierto es, que no rechazaba los regalos que recibía a cambio de sus favores, esto le permitió acumular una cuantiosa fortuna, y ello fue la causa de su funesto fin. Una noche de Xaneiro, asaltaron su casa, se resistió y al día siguiente, apareció ensartado en los fungueiros del carro, como simulando una caída. Nunca su supo quien ó quienes fueron. Su espíritu de Meigallo bueno, se transformo en malo, y ahora anda penando por los caminos en busca de su asesino ó asesinos, según se dice, su alma no encontrará descanso, hasta que no dé con ellos, obtenga satisfacción y se le haga justicia. !Ay de aquellos que tropiecen con él! !Ay de los que en las noches de Xaneiro no encuentren cobijo!
El fuego de la lareira, avivado en serpenteantes llamaradas azuladas, inundó la cocina de misterio, roto por unos golpes en la puerta de entrada, que los dejo atónitos, mirándose unos a otros, sin saber que hacer, cuando apareció, dando las buenas noches, Constantino de Laderzo, el viejo maestro de la aldea, informado del tema de conversación, no dudo en afirmar la veracidad del relato y haciendo gala de su locuacidad, aconsejó proveerse de amuletos protectores.
-!Las almas en pena, Don Constantino, no recorren los caminos para hacer el mal! !Recorren el mundo purgando sus pecados! Sentenció la patrona de Moreira.
-Aún podría contaros algunos casos que acontecieron por los alrededores no hace muchos años y muchos de los de mi tiempo recuerdan, no sin temor, tal es caso de Gerardo de Alonso que como bien sabéis tiene cerrada a cal y canto, la palleira vieja. La cerró después de encontrar a su padre colgando de una viga, con un palmo de lengua fuera, rodeado por un circulo de muérdago y laurel. Gerardo, se hizo cargo de la situación, y procedió con entereza, siguiendo las instrucciones que con anterioridad su padre le había dictado. Enterró al padre, fue a Los Mazos, encargó una talla de Cristo, nuestro señor, la clavó en el centro del circulo de muérdago y laurel, clausuro la palleira, incluso con la yerba seca para el ganado, no saco nada, absolutamente nada y a continuación llamó al señor cura para que bendijera, con agua bendita, no solo la palleira, además, toda la casa, incluidos, ganados, aparejos y toda la familia. Y no quedo ahí la cosa, según se dice, relato al sacerdote, calmadamente todo lo que le había sucedido a su progenitor la semana antes de ahorcarse y que, a buena fe, palabra más, palabra menos, fue así:
Meu fillo, hijo mio, Hace siete días, vino a visitarme el demonio, regresaba dá taberna dó Forno, al anochecer, y tras la Peña Marela, una figura embozada, con el acero de la espada sobresaliendo por la capa, interrumpiendo el camino, me reclamó el pago una deuda contraída por nuestro antepasado Guzmán de Alonso, armado de valor, sabes que nunca me falto, le pregunte ?Quien eres tu? Que deuda es esa me reclamas? !Los Alonso siempre pagamos nuestras deudas!
-!No siempre!
Guzmán de Alonso acudió a mi para salvar la vida, cuando el Sr. de Basille, solicito ayuda al Rey de Castilla pidiendo justicia reparadora de la honra de su hija violentada y vejada por él. Convenimos que si lograba el perdón, él me entregaría su alma. Han pasado centurias de años, el Sr. de Basille se sintió reparado, el Rey de Castilla creyó hacer justicia, y yo aún no me he cobrado el alma, pagarme los Alonso, pues aunque no seas Guzmán, eres Alonso.
Con su espada atravesó mi pecho, sentí un frío inmenso en mi corazón y caí al suelo creyéndome muerto.
Al amanecer, aterido y helado, palpandome el pecho sin hallarme herido, regrese a casa, callado, mudo, aterrorizado.
Tres días más tarde, atravesé el Neira por San Esteban y poco antes de llegar a la Ponte dos Gitanos, en la carrilleira dá Buxa, una voz me conmino a detenerme, era el alma penante de Guzmán de Alonso. Ando sin rumbo, en compañía de otras almas, no puedo acudir ante Dios porque me vendí a Satán, reza por mi, me dijo en un susurro.
Estas son las cosas que me contó mi padre, las otras.... ya las sabe ud. mi padre ya no volvió a ser el mismo, enloqueció y ayudado por el alcohol, se quito la vida, pagando una deuda familiar.
El cura quedo estupefacto. Así dicen que lo contó y asimismo dicen que las almas penantes de los Alonso, no se separan de esta comarca.
-!Ay Dios mio, cuanto paganismo! Sentenció la patrona de la casa mientras atizaba el fuego.
Fuera, en la noche oscura se desato la tormenta con inusitada fuerza, el viejo Moreira mando escanciar aguardiente que fue bien recibida y tomo la palabra par preguntarse ó preguntar:
-?El padre de Gerardo, no fue excomulgado? Y entonces donde esta enterrado? ?Habéis visto sepulturas civiles fora do cementeiro?
- ?Pero no me digas José, tu que eres más mayor que no te acuerdas de lo que se decía en aquellos tiempos?
- Abofé, non acordó-
-El cura escandalizado con el relato se negó a dar sepultura en camposanto, al suicida, Gerardo, embravecido le dijo. !Si la Iglesia no da sepultura al cuerpo de mi padre, lo enterrare en la huerta de mi casa! Sin misas, sin responsos, sin rosarios.... !Menos gastos! Llamó al gaiteiro do Valin y mientras los sonidos de la gaita se expandían por el valle, dio sepultura a su padre al tiempo que sonaban las campanas, que el crego tocaba intentando acallar los sones de la gaita..... y Gerardo fue excomulgado por el Obispo, quien ordeno leer su excomunión en todas las iglesias, para general conocimiento y escarmiento.
-!Animas benditas! Murmuro la vieja de Moreira, sirviendo aguardiente sin escatimar, derramando el liquido, sin poder evitar el temblor de sus manos.
- Cuentan los más antiguos de Triacastela, que las noches de difuntos, por sus sierras y las de Samos, hacía el Cebreiro, pasan cantando y rezando, compañías de almas en pena, una tras otra, se detenien en los mismos lugares .
Y como siempre, sin dejar lugar a la duda, esta narracion es fruto de la invención, cualquier parecido con la realidad es pura casualidad, además los nombres de aldeas casas o personas que en ella son pura invencion y nada tiene que ver con los relatos.
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