28 octubre 2011

RESIDENCIAS PARA LOS MAYORES


Desde la Diputación Provincial de Lugo, se denuncia que Alberto Núñez Feijoo, bloquea la puesta en marcha de 13 residencias de ancianos en la provincia, puesta en marcha prometida, reflejada por escrito y hecha pública a pocos días de las pasadas elecciones...

Residencia San Vitorio, Baralla
Este titular de prensa da pie a pensar que es cosa de la “crisis” pero la excusa económica no sirve para tapar las desigualdades existentes en Galicia, y son notorias en Educación, Sanidad y Servicios Sociales; ya existían antes de la crisis. La atención a las personas más necesitadas, a los mayores (a los dependientes) retrocede día a día y de seguir con los “recortes” quedará en manos de la “caridad” como en los tiempos antiguos. ¿o no?

En el caso de los dependientes, hay que sumar a los muchos meses o incluso años de espera para resolver los expedientes, la falta de apoyos o de ayudas por los Concellos.

Hago un paréntesis para explicar el camino recorrido por mi padre que a sus 91 años acaba de ingresar en la residencia San Vitorio de Baralla; eso si, sin ninguna ayuda económica, aunque esté evaluado en la Ley de Dependencia. Viudo y viviendo solo en su casa no recibió otra ayuda que la de hogar en el ultimo año y un par de horas a la semana... y lo que es peor; tal parece que van a volver a evaluarlo por si cambio su grado de dependencia, eso tengo entendido ¿Para que? ¿Para que si los hay, que no tenga derechos retroactivos?

La Xunta y los recortes sociales, condenan al "abandono"y "aislamiento" a los mayores y deja a los Concellos sin subvención, ¿Que ocurrirá con el servicio de ayuda en el hogar? ¿Donde va a parar el dinero que destina el Estado a la aplicación de la Ley de Dependencia?

En Baralla, por fortuna para mi, desde el pasado mes de Mayo, hay una residencia de gestión privada con unas tarifas más o menos equilibradas, cumple su función pero que no está al alcance de todos. La Ley de Dependencia es justicia y no caridad y las residencias son el lugar merecido por nuestros mayores, son un derecho; no son asilos de beneficencia.

Con los recortes sociales se agrandan las desigualdades y no parece lógico que quienes prometieron residencias, hace unos pocos días (en las pasadas elecciones, ya se sabía que había crisis) no pueden ahora, no hacerlas, y además, recortar gastos sociales.
Hay derechos intocables y otras muchas cosas, si no hay dinero para los ciudadanos tampoco debería haberlo para los derroches de las administraciones: puede que sobren carreteras y carteles y falten residencias, hospitales y colegios.

07 septiembre 2011

MAGICA REPUBLICA ANCAREÑA (6)

Publicado íntegramente en marzo de 2006
MÁGICA REPÚBLICA ANCAREÑA
actualizado en Mayo de 2011 se publicara por entregas
(Todos los Derechos protegidos ID.2402713)

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Para todos los que comparten la lucha por Os Ancares
Parque Natural” a todos aqueles que divulgan “os beneficios
da Creación do Parque Natural dos Ancares.
Unha das reservas naturais e etnográficas
mais importantes de Europa ainda non ten protección”.



Desde la gran cima, un anciano, contempla ensimismado la naturaleza que le rodea, su mirada recorre con lentitud las romas cimas de los montes, la vista viaja por igual al cielo y a la tierra, admira la espesa vegetación de los verdes valles, los prados, los bosques de castaños y robles. A sus pies, divisa las moradas flores del brezo, las amarillas de la xesta y del toxo, queda aprisionada su mirada. Con los sentidos cautivados por el aroma del arándano, Evei, embaucado, alza los brazos al cielo, da gracias a los dioses.
Han pasado las horas, una eternidad, a él le ha parecido un instante; el sol agoniza por el oeste, por los confines de la tierra. Remiso en emprender el regreso, dirige una profunda mirada a derecha é izquierda, observa como los torrentes y los regatos de aguas, serpentean abriéndose paso en busca de los arroyos y ríos, zizaguean entre la flora, rodeados de álamos, sauces cabrunos y de saúcos vestidos con su blanca flor.
De las moradas de los poblados, ascienden los hilos de humo del fuego de los lares. La noche se allega lentamente y con la misma lentitud, el anciano desciende, hacia el Santuario.
Los últimos rituales de adivinación, en la sangre y en las vísceras, Evei no encuentra signos que muestren con claridad los augurios. Empieza su ocaso, él, probablemente se irá con los últimos días del otoño, consciente de no superar la etapa invernal, prevalece la cruda realidad, su ciclo ha finalizado, el cuerpo y la mente están agotados y desde esta reflexión encuentra alivio en la muerte. Evei, anhela encontrase con los antepasados en los lugares de descanso de Bandunae, Verona y Cheivenfei. Ora, clama a los dioses. ¡Cumplí contigo! ¡Cumplí con los antepasados! ¡Cumple tu ahora conmigo! ¡Cumplid Dioses, Nereidas, Genios! ¡Dejadme morir con dignidad! ¡En pie! ¡Acogerme a vuestro lado!

Y no tardando, meciéndose en el viento del oeste, el día sagrado de samenjein”, voces anunciadoras de muerte, flotan sobre los Ancares, mientras el oscuro manto de la noche se cierne sobre las tierras de los Esvarios, el gran guía va traspasando la frontera del otro mundo.
El sacerdote iluminado por un extraño fulgor, se entrega al sueño eterno. Al amanecer aún se refleja en su cara una luz de paz.
Mágicamente, las fuerzas de la naturaleza, movidas por los dioses, avisaron del funesto desenlace a los Esvarios; animales y aves nocturnas anunciaron el óbito, difundieron la noticia y convocaron a los funerales.
Al acto de incineración acudieron de todas las tierras, de todas las tribus, de todos los clanes. Allí están los hijos y nietos, doloridos, conmocionados y al mismo tiempo convencidos de su inmortalidad. Cervasos vivió largas jornadas de despedida a su guía, grandes presentes fueron depositados en el arca de las ofrendas, hasta los lobos mostraron su pesar, aullando sin descanso día y noche, durante días...


Transcurre el año cuatrocientos once, desaparece el último Druida de los Esvarios y con su muerte, el camino queda libre para los embajadores del monoteísmo cristiano; los discípulos de Prisciliano, aprovecharon la ausencia del líder de los Esvarios para difundir sus creencias. Esperaban este momento y estuvieron acertados.

Entre la bruma densa de las alamedas sagradas, plagadas de muérdago, cruzando los robledales, sin extinguirse el eco del gran Evei, reapareció Arbo rodeado de monjes predicadores del arrianismo. Prueban a sustituir a los dioses locales y sitúan a Prisciliano como un gran Druida al que le había sido revelado un futuro floreciente. Aspectos de su ideología como permitir que los clérigos llevaran el pelo largo, incluir bailes en la liturgia, condenar la esclavitud y el fomento de la igualdad entre hombres y mujeres calan, penetran profundamente en los Esvarios, y allí donde se había venerado a Cheivenfei, donde los guías iban en busca del día, allí donde se adoraba a la Luna, donde se había venerando a la tierra, se rezaba a los vientos, se encendían hogueras en la noche, para traer la luz y expulsar a las tinieblas, allí sembraron la semilla del unitarismo. La simiente monoteísta que forzaba a desistir del culto al sol el germen de la vida, trasladando al olvido las ancestrales creencias defendidas por Evei. La suerte estaba echada, la evangelización la transmitían los discípulos de un "druida" muy inteligente y culto que había sido decapitado, tiempo atrás, defendiendo sus creencias. La ejecución de Prisciliano, fue en realidad un error, más que mitigar su influencia, la engrandeció. Las sangrientas persecuciones a las que sometieron a sus partidarios, acrecentaron aun más la leyenda, muchos de sus devotos optaron por traer su cuerpo al Finisterra, con esta decisión, embrión de una peregrinación, da comienzo un mito, la ruta de las estrellas, un camino iluminado por la vía Láctea, el camino que empieza en cualquier lugar y termina en el campus estrelado. En el itinerario escogido por los portadores del cuerpo de Prisciliano, Cervasos fue una parada vital.
Los Ancareños con su habitual sentido de la hospitalidad, dieron acogida los restos del druida cuando aún no se habían apagado las cenizas de su gran sacerdote Evei, con el mismo respeto con la misma veneración...


...Lejos de las tierras ancareñas, puede que para cumplir con los augurios de Evei, tribus de Hunos montan en los caballos de la guerra, destruyen el reino Ostrogodo, empujando en primer lugar a los Vándalos hacia el oeste y más tarde a sus primos los Alanos hasta la zonas altas del Rhin y allí en poco tiempo se alían Suevos, Vándalos y Alanos, e intentan varias veces el cruce del río pero son rechazados en en la frontera por las legiones romanas y por los francos, finalmente lo consiguieron.
Cruzaron aprovechando las aguas congeladas del gran río, con rapidez; dejando tras si una estela de pánico y saqueos.

Al reino gallego llegan primero, más ágiles, los Asdingos y Silingos. Sus intenciones van dirigidas a la rapiña y al saqueo, además, encuentran en su camino una fuerte resistencia de cántabros y astures con los que no quieren guerrear. Por otra parte Alanos y Suevos, al entrar en las Galias, unos en busca de botín y otros de tierras donde aposentarse, retrasan la llegada.
Llegan en oleadas, saqueando, matando, robando y capturando rehenes para obtener esclavos: las fuerzas militares romanas desplegadas en el oeste, bastante adocenadas, reciben la orden de acudir al encuentro de los invasores, de este modo, Dídimo, jefe militar de la VII Legión, realiza una campaña de reclutamiento de tropas y acude, junto con Verniniano para cerrarles el paso pero fueron derrotados y desde entonces no se volvió a saber nada de la Legión VII.
Las guarniciones del ejercito romano desaparecieron en franca huida y los restos del ejercitó del decaído imperio quedaron en situación de abandono...

Asdingos y Silingos, se abalanzan sobre las aldeas. los caminos y calzadas é incluso asaltan algunas instalaciones militares del romano... a las ciudades amuralladas no se acercan.

Las partidas de los Asdingos son descubiertas por los Esvarios cuando pasan cerca de las tierras de los ancareños que no saben, si los han ignorado o si por el contrario esperan la llegada de nuevos clanes para atacar: sus incursiones parecen partidas de caza y no búsqueda de asentamientos. Algunas tribus, incluso los acogen como amigos, les dejaron vivir entre ellos, aunque también se dan situaciones en las que los consideraron como sus peores enemigos en cambio otras optan por la lucha para rechazar a los enemigos.
Comenzó entonces una peculiar guerra por las tierras llanas y también por las Beiras del Eo. Las tribus de los ancareños y de los Oscos, tienen a su favor el aislamiento geográfico, la inexistencia de ciudades importantes y una orografía difícil y hostil para el enemigo; con todo, lo más importante es su alianza. Y la mágica república se alzó en guerra contra los invasores: hizo que los atacantes tuvieran que luchar pueblo a pueblo, valle por valle, resultando muy costoso el mantenimiento de campamentos, y mucho más difícil, la creación de urbes. Los guerreros de los Ancares hostigan sin cesar a los invasores en pequeños grupos, sin concederles descanso a lo largo de varios años.

Aunque, Asdingos y Silingos, comparten vínculos religiosos comunes se enfrenta para disputarse el botín obtenido en el pillaje. Nunca hacen rehenes, ni tan siquiera capturan a las mujeres. Avanzan sin control... y los Ancareños aprovechan éstas circunstancia para atacarlos y hostigarlos. Les pagan con la misma moneda, no hacen rehenes porque no quieren esclavos.
En medio de estas luchas... los Ancareños recibieron la inesperada ayuda de los hombres que según los augurios de Evei “vienen del mismo lugar que nuestros antepasados, traen en común, costumbres y muchos de nuestros dioses, son de nuestro tronco... no os dejéis engañar por sus caras pecosas y sus cabellos pelirrojos que les confieren un aspecto aniñado, aunque tengan menos estatura que la nuestra, son fornidos y aguerridos” Caminan siempre dispuestos para anexionar poblados y someter tribus...
Las expediciones de los guerreros Ancareños observan en las tierras llanas asentamientos de campaña y lo más preocupante; construcciones que indican intenciones de establecerse definitivamente. Han llegado los Suevos, y eso es otra historia.





NOTA

ÉSTE RELATO, CUYO TITULO, Y ALGO MÁS,  ESTA INSPIRADO EN LO HECHOS ACONTECIDOS EN DONÍS A FINALES DEL SIGLO XIX, ES UN TRIBUTO A LA OSBTINACION DE LOS HOMBRES INDOMABLES ANTE LA INJUSTICIA... 
A finales del siglo XIX, los habitantes de Donís, hartos de pagar sus contribuciones, más por no tener con que pagar que por rebelión, capturaron al recaudador de rentas; le hicieron prisionero y proclamaron la República independiente de Donís; su libertad e independencia les duró poco tiempo; la contundente actuación de la “Benemérita” se encargó de poner fin a sus aspiraciones. Mi agradecimiento a los habitantes de los Ancares por haber conservado con su modo de vida, los bosques más esplendorosos y extensos de Galicia. A los que estoy profundamente agradecido y en deuda por permitirme contemplar una exuberante riqueza donde aún hoy encuentran cobijo osos, ciervos,zorros, jabalíes, lobos, tejones, comadrejas,hurones, armiños, nutrias y la águilas y gavilanes que nos deleitan con su vuelo.
XARDONMANROFER
Nada me agradaría más que saber si os gusto el relato

16 agosto 2011

MAGICA REPUBLICA ANCAREÑA (5)





CONTOS, LEENDAS E HISTORIAS DA COMARCA DE ANCARES


Publicado íntegramente en marzo de 2006
MÁGICA REPÚBLICA ANCAREÑA
actualizado en Mayo de 2011 se publicara por entregas
(Todos los Derechos protegidos ID.2402713)


-5-

... Para aquellos que se vieron obligados a emigrar...
seguro que los nombres de los guerreros les traerán grandes recuerdos.
No son todos pero los representan.
XARDONMANROFER


CITA EN CERVASOS




A finales del siglo IV, finaliza la hegemonía del imperio de los Cesares y es entonces cuando en los castros de las tribus Esvarios se viven profundos cambios. Muchos de los castreños se expansionan fuera de las fortificaciones y otros ocupan los castros abandonados por imposición del romano.
Los Ancareños que abandonan los castros levantan poblados en las cercanías de ríos, en las proximidades de fuentes y arroyos y en las faldas de los montes, alejados de ciudades.
Roturan el monte solo para cubrir sus necesidades; construyen refugios para ellos y sus ganados, bajo el mismo techo, a su lado, con el fin de aprovechar su energía calorífica y también para protegerlos de los depredadores.
Los Ancareños, últimos descendiente de los mágicos Esvarios, abandonados e ignorados por el romano, disfrutan de independencia y gozan su libertad lejos de los avatares de las decadentes urbes. Ésta situación no durara mucho y Evei, el sacerdote de Cheivenfei, verdadero adivino, es consciente del peligro que se avecina; al fin sucedió, el romano avasallador ha sucumbido, pero con él, cae la autoridad que mantenían sobre el territorio sus legiones.
Es más que evidente que ha dado comienzo la desarticulación de la administración del imperio. Muchas tribus emprenderán el camino de la guerra e incluso las más afines, se abalanzaran sobre las aldeas; no solo por pillaje, lo harán para expandirse.
Evei, el gran mago, no imagina, le ha sido anunciado en las vísceras del urogallo a tal efecto sacrificado, por ello reflexiona y entiende que no hay lugar para la duda, es necesario organizarse; hacerse fuertes para protegerse de los enemigos.
Defender la tribu, el territorio y las tierras en las que están asentados, preservar el modo de vida, resulta complicado para las poblaciones sin fortificar, y más aún, para los que no son habitantes de ciudades y sí moradores de aldeas, pues en ellas, las dificultades aumentan y las tareas defensivas no pueden acometerse de forma individual sin riesgo de fracasar: cavila, medita y llega a la única solución posible; citar a los clanes, convocar a las tribus hermanas.
El romano le había enseñado el camino cuando estableció alianzas con sus enemigos, incluso con muchas de las tribus vecinas, pactó antes que imponer: ahora, en la decadencia de su imperio, Roma se ve obligada a negociar alianzas con las tribus germánicas para proteger sus fronteras, así que no puede menos que negociar... y ofreció a Suevos, Vándalos y Alanos un pacto: aceptar la condición de amigos de Roma a cambio de tierras en Hispania...Evei no tiene ninguna duda de la aceptación del trato y sabe que vendrán...sus facultades de adivinación así se lo muestran.
¡Hay que llamar a la alianza a los Esvarios¡
Requiere la presencia de Veife que acude con prontitud: y al sonido del cuerno, se van juntando, entorno a la piedra blanca, todos los guerreros de Cervasos donde Evei, el verdadero adivino, les anuncia sus predicciones:
Malos vientos acechan nuestras tierras, se acercan poderosos enemigos que amenazan nuestras dominios: los hombres de nuestra raza han sido siempre libres, sin más dueño que su pensamiento; hemos estado luchando continuamente contra el romano, vencido a sus legiones y nos han vencido pero nunca hemos perdido nuestra dignidad, bravura y valentía.
Algunos de los nuestros fueron utilizados por el romano como esclavos, otros pelearon junto a ellos a cambio de obtener botín de guerra. Los hubo que fueron esclavizados y utilizados para remover la tierra para extraer oro para Roma, muchos, si no eran liberados, morían espada en mano, atacando a sus opresores, otros eran liberados por nuestros guerreros.
Aprendimos a cultivar el agro y a construir viviendas fuera de los castros en nuestras aldeas.
Trajo el romano la vid, y algunos de nuestros hermanos la cultivan, caminamos por las vías levantadas con sangre y sudor y con el tiempo nos fuimos adaptando, casí entremezclando.
¡Pero ahora nos encontramos con una situación bien distinta: los hombres contra los que nos tendremos que enfrentar son de nuestro tronco, vienen de nuestro pasado, traen en común, costumbres y dioses!.
El vuelo de los pájaros muestra que han aceptado los tratados con el romano e iniciado la marcha. Cuando lleguen, arremeterán contra las aldeas y poblados de las tierras llanas y de las tierras bajas, y también lo intentaran con nosotros. ¡Estad seguros¡
La ausencia de tropas del romano propiciara el descontrol, los asaltos, el pillaje y los saqueos. Las aldeas tendrán difícil la defensa, los castros serán más seguros y capaces para rechazar a los enemigos por ello ha llegado el momento de unificar nuestras fuerzas. Tenemos que defendernos, y aún más, si fuera necesario, atacar, es preciso establecer alianzas con las tribus vecinas, cuantas más, mejor. Hay que reunir a los lideres de los hermanos, amigos y enemigos. Es preciso aunar fuerzas, lograr acuerdos establecer alianzas. Los tiempos se avecinan difíciles y debemos evitar enfrentamientos entre nosotros. Hay que unirse; citareis a todas las tribus para la primera luna llena de la primavera, aquí en Cervasos. Pudiera ser que algunos os reciban como enemigos; no debéis de presentar batalla, puede resultar muy peligroso, pero es posible que evitando el enfrentamiento, logréis su adhesión; lo haréis en nombre de Cheivenfei del Guardián. Portareis el emblema de la Culebra azul bajo el que combatieron nuestros antepasados.
¡Ha si me ha sido revelado!
Mientras Weife, envía partidas de guerreros como emisarios a todas las aldeas y a los castros, incluso a los antiguos enemigos, citando y convocando para poner en común los conocimientos sobre sus enemigos y para establecer la alianza, la unión de los Esvarios, en el alto Rhin, Suevos, Vándalos y Alanos, obligados por los Hunos cruzan el río... y efectivamente, aceptaron el trato y emprendieron viaje... arrasando todo cuanto encuentran en su camino...
Entre los Ancareños no existe jerarquización entre los asentamientos; cada castro y cada aldea goza de independencia y de su propio territorio, este aspecto es esencial a la hora de federarse, como fundamental fue la intervención de los ancianos guías, Legan, Ebúl, Neira y Hor, que encontraron sentido a la unidad.
La llamada llegó a los confines de la tierra, más allá de donde llegaron los emisarios de los Evei: vinieron de todos los lugares: allí están, asisten a la cita. Patriarcas, guerreros, clanes y todas las tribus han acudido a la cita. Lla asamblea del solsticio de verano ha reunido a los mágicos Esvarios y a sus descendientes..
Largos días, noches cortas y esplendorosas, acogen a los descendientes de los Ladovis, Baedyles, Cabarcis y Eguivarri Namarini, llegados de todos los lugares para asistir a la cita. Es la primera luna llena de la primavera en los Ancares.
Han sido convocados para poner en común, los conocimientos sobre sus enemigos, para intercambiar opiniones, aunar las necesidades, defender los intereses y han acudido a la cita de los Ancareños...
Acampados en las praderas de Cervasos en torno a sus hogueras, agrupados por familias y clanes están los más grandes guerreros: Loan, Dogan, Quiro, Pear, Manzoi, Segan y Bubial, vienen del Medio Miño; Doade, Fontao, Vidual y Barrantes, provienen del Bajo Sil; Neira, Abragans, Langar, Laxe, Cascalla y Tourvill, llegaron de las Tierras Bajas; Louzara, Vila y Feixo, son montañeros del Orivio.
Valonga, Outariz, Buron y Veiro, vinieron de las Tierras Llanas, sus vestidos, más refinados, denotan un mayor contacto con el romano, sobre todo por las capas que las adornan, a modo de estola con pieles de armiño; Guilfrey, Vilouzan, Montan, Balsa. Lagos y Narón, Montañeros del Meda, llegaron con anticipación.
Belesar y Barla, son ribereños del Miño, manejan las artes de pesca; conocen bien la agricultura del romano no en vano fueron sus aliados. Hubo un tiempo en el que establecieron alianzas y guerrearon con ellos esto les permitió pasar de las cosechas de supervivencia a las explotaciones para comerciar con las ciudades y villas romanas, acudieron no sin esfuerzo.
Y que decir de Cruzul, Cadoalla, Ouselle, Valouta, Vimieiro, Vilasante, Vilpún, Trabado, Vilarello, Liber, Vilaver, Vallo, Ouson, y tantos otros asentados en las faldas de los Ancares que conocen el terreno palmo a palmo y salen al encuentro de los convocados. Barcia, Ribón, Vallo, Rao y Son, Sevane, Freixís, Alence, Torés, Doncos, incontables los guerreros cuyos nombres se cantan en las leyendas disputándose entre ellos la fama de sus hazañas y para proezas las de aquel hombre ataviado con una larga capa de lino y vestido con pieles burdamente cosidas que a su paso va despertado la admiración. En la cintura, a modo de espada, porta un corto cuchillo, sostiene en las manos un pequeño escudo de madera, cóncavo, el anverso forrado en piel; la cabeza protegida por un casco adornado con dos palas de macho de Gamo, una jabalina con la punta de hierro doblada en forma de arpón, con sus piernas protegidas por polainas de pieles de nutria, presenta una estampa soberbia de imponente guerrero.. ¡Es, nada más y nada menos que Courel, ¡El guerrero de Antarés¡, ¡Hijo de Evei, al que la leyenda le atribuye ser el padre del Sil!
A su lado, también objeto de todas las miradas, destaca por su vestimenta de legionario romano, bajo una capa caracalla Vimaredus; son muy pocos los que conocen que, a pesar de su romanizado nombre, es Ancareño. Guerrero laureado, sobre el que recae la responsabilidad de Ocellum Galaicorum y más aún, esta emparentado con Courel y mantiene excelentes relaciones con las aldeas vecinas.
No menos prestancia tiene Albion el más puro descendiente de los Eguivarri Namarini: nada ni nadie pasa desapercibido. ¡Están todos!
¡Si hay ausencias no se aprecian!, ¡aquí están los mágicos Esvarios en busca de la Unión!
Celebraron el encuentro, primero entre los guías; los grandes magos, Evei, el guardián circulo, Neira, de las Tierras Bajas, Legan de las Tierras Llanas, Ebúl de las Beiras del Eo y Hor, líder de los Oscos, fueron capaces de aproximar las posturas y dar sentido a la unidad, acertaron... y... constituyen el Consejo de Ancianos.
Los acontecimientos que les han llevado a coaligarse en igualdad y en libertad, fueron interpretados por Evei en la sangre y las entrañas del urogallo extraídas en presencia de los venerables ancianos, Legan, Ebúl, Neira y Hor, que participaron en la ceremonia del sacrificio ataviados con sus túnicas y caracallas, vestidos para la ocasión. El ritual dio comienzo al mediodía, en la piedra blanca de los sacrificios, ante los Esvarios que contemplan como los augurios son favorables y ven a los ancianos magos envolver a Evei con un respetuoso abrazo, y al unísono levantan sus brazos al cielo, reclaman la anuencia de los dioses y muestran su reconocimiento a la capacidad de adivinación de Evei.
Finalizada la reunión concertaron la asamblea, y en ella organizaron la Junta de los grandes guerreros y establecieron las bases de la alianza, generaron la conciencia de unión, fundamentada en la igualdad y en las tradiciones comunes: zanjaron y solventaron las diferencias del pasado, buscando ganar el futuro...
Así da comienzo la Unión de las tribus de la misma raza: nace una república en los montes Nerviasos; antes incluso de la imparable desarticulación del imperio de los cesares.
En la sacrosanta pradera los patriarcas, los guerreros, los clanes de todas las tribus que habían acudido a la cita, acordaron la federación, y en la gran asamblea de los Esvarios ¡Nace la mágica república Ancareña!
Tienen en común sus dioses, la lengua, los antepasados, y algunos, parentescos no muy lejanos. Las familias de los galaicos, los clanes y las tribus, “Esvarios,” aunaron sus necesidades; se agruparon a modo de federación y la federación los hace sentirse hombres libres, sin amo, cuidadores de la tierra; pastores del ganado y, además, agricultores.
Las praderas de Cervasos se llenan de alegría mientras las hogueras donde están cocinando las viandas, expenden su fragancia por los montes y laderas de los Ancares
Los mágicos Esvarios esperan el devenir del futuro de los Ancareños seguros de ganarlo unidos en la tarea...

en la siguiente entrega MÁGICA REPÚBLICA ANCAREÑA -6- Tenemos EL OCASO DE UN DRUIDA

29 julio 2011

MÁGICA REPÚBLICA ANCAREÑA (4)

Publicado íntegramente en marzo de 2006
MÁGICA REPÚBLICA ANCAREÑA
actualizado en Mayo de 2011 se publicara por entregas
(Todos los Derechos protegidos ID.2402713)
-4-


La magia parece que actuó sobre la primera publicación de esta entrada;
difumino las fotos y el texto y sin saber como,
de un día para otro...desapareció incluso la especial dedicación
a las gentes del Concello de Baralla
XARDONMANROFER





Las tierras altas de los Erviasos y Nerviasos, no son otras que los actuales Ancares y en ellos se encuentra el castro de Cervasos donde se vive una frenética actividad. Es un día radiante especialmente para Weife, el domador de toros, valeroso jefe guerrero que no es capaz de mantenerse sereno pues se halla perturbado desde el momento en que su mujer entró en el Painen, así se llama al lugar de los partos, donde alumbran las mujeres de la tribu y que está preparado para cuando es necesario.

Es increíble y parece mentira; el temible guerrero no cesa de rondar con la maza en la mano, alterado, nervioso, deambulando sin rumbo, tan irascible que nadie osa dirigirle la palabra y menos acercarse. Reina el ajetreo y llega con nitidez el llanto de la vida, el alarido de la feliz maternidad, suena con fuerza, es el indicador inconfundible que anuncia la llegada de una nueva vida y más aún, ¡Es varón! Weife siente la euforia de todo progenitor; se encuentra satisfecho, colmado, la estirpe de su sangre tiene sucesión y heredero.
En el poblado, los gritos de jubilo estallan al unísono, el jefe de los guerreros, encantado con su paternidad, es zarandeado repetidamente con alborozo y al tiempo que las mujeres abandonan el lugar de los partos con la madre; feliz mujer que cumple con la esperanza de perpetuar la familia.
Los hombres se entregan a festejar, mientras las mujeres del castro que han asistido a Ecle durante el alumbramiento, lavan al niño con las aguas de manantiales de nueve fuentes que fueron almacenadas en nueve vasijas y recogidas al alba; calentadas y ahumadas con muérdago, conforme al ritual de los antepasados, así él recién nacido, sera protegido por los espíritus de las aguas y respetado por ellas.
Cesa el vapuleo de Veife cuando las manos extendidas de Ecle le entregan al vástago, entonces, en su rostro relajado, puede apreciarse nítidamente, como la ternura ha invadido su cara; el feliz padre levanta la vista al cielo, alza al niño y emite con fuerza Hei...iíí... Cheivenfeiiiii” ...Y resonó por todos los valles.
Con el niño en sus brazos se dirigió a Evei y, el sacerdote, al pie de la Gran Piedra Blanca y cuando los rayos del sol centellean sobre ella, clamó,
¡este es mi nieto, Eifen, hijo de Veife, protégelo y haz que su vida sea guiada por tus estrellas!. El Guía, guardián del Circulo, el poderoso mago Evei, deposita al recién nacido sobre la piedra y reclama la protección de Cheivenfei, ruega a los genios y los Dioses menores que amparen a su nieto.
Tras este ritual, en Cervasos el sol brilla con más energía.
¡Ha nacido un guerrero! Y con él, los Ancareños, los sucesores de los Esvarios y lo festejaron, siendo bendecidos por días luminosos y noches estrelladas, hasta el Alba se vistió con sus trajes más esplendorosos...
Pasan los años en los Ancares, entretanto la vida discurre con normalidad en Cervasos viendo el pasar de las noches y los días y el crecer de Eifen, hijo de Weife, nieto de Evei que es ya todo un hombre, grande, fuerte y ágil; bien entrenado, osado y valiente. Goza de gran prestigio como cazador de osos y recorre con ansia las tierras ancareñas en busca de aventuras: su atrevimiento es tal que le lleva a realizar expediciones de caza en solitario a los lugares más insólitos y lejanos. Para él todo es aventura y aprovecha cualquier circunstancia: en esta ocasión ha dado muerte a un enorme oso pardo y cuando, enfrascado en desollarlo, es atacado por una enfurecida osa a la que logra dar muerte, tras larga lucha, saliendo tan mal parado que hasta perdió los sentidos. Por ventura, poco a poco fue recobrándose aunque estaba herido de gravedad; como buenamente pudo, arrastrándose entre la frondosa vegetación, logró evadirse del lugar en busca de un refugio en previsión de más ataques.
Ha pasado la noche oculto y en silencio, soportando estoicamente los dolores cuando un gratificante sonido de agua llama su atención, como buenamente puede se encamina hacia su procedencia. Aparta las ramas del saúco, y ante sus ojos aparece un verde prado, el más hermoso que ha visto, al fondo, frente a él, formando una cortina de agua formada por chorros que vierten en cascada sobre un cristalino lago. A duras penas consigue incorporarse, trastabillando se dirige a ellos pero agotado por el esfuerzo, cae sobre la blanda hierba, inerte, desmayado.
Cuando recobra la conciencia, se halla rodeado de Dríadas que le están contemplando asombradas, tienen sus brazos extendidos sobre su cuerpo y no tardan en levantarlo, con suma facilidad, como si de una pluma se tratara, lo transportan tras los chorros, por una escarpada senda, hasta la angosta entrada de una gruta, y desfallece.
Al pasar el tiempo, ante el calor del fuego, cuidado por la ninfa del agua, Valda, su protectora, la que inspira a su abuelo Evei, recupera los sentidos, mirando incrédulo a la hermosa Dumia, ungiendo sus heridas, prestándole amorosos cuidados. Su amada que ha permanecido sin apartarse de su lado durante los días y noches en los que estuvo luchando por su vida, yendo y viniendo en sueños al “otro lado”... Nunca supo como fue capaz de regresar al castro.
En los Ancares también hay tiempo para el amor y en Cervasos surge entre los jóvenes libre y espontáneo. Las historias se suceden. Dumia la más hermosa de las hijas de Viar, el gran pastor, se encuentra pastoreando el ganado; ella no lo sabe, pero esta siendo observada. En la espesura del bosque, Eifen la esta mirando con embeleso. Permanece inmóvil, escondido en la frondosa vegetación pero no es el único que acecha. En la espesura boscosa, unos extraños movimientos, llaman su atención y le llegan los sonidos de osos, y efectivamente, puesta a dos pies, oteando, hay una hembra de oso de pelaje pardo. El carnicero mamífero, olfatea el ganado y junto a ella hay dos crías, el riesgo es inminente, Eifen no duda, rápido se acerca a su caballo, extrae la pértiga con la larga y afilada punta de hierro, arma su brazo mientras, acuciada por el hambre, la osa sale de la espesura tras los vacunos desmandados, en su necesidad de comida no advierte la presencia del hombre, ni el peligro que para ella representa. La vara sale del potente brazo de Eifen, firme y veloz; penetra por la espalda del plantígrado, atravesándolo por completo, el plantígrado se revuelve con un rugido de muerte y cae inerte ante Eifen. Los oseznos se acercan a la hembra, prácticamente muerta, no les importa la presencia del humano, lamen su sangre intentando cerrar las heridas. Eifen, aprovecha la circunstancia para capturarlos y laceados los sujeta para evitar su huida.
Dumia, ha contemplado la escena paralizada, sin dar crédito a lo que esta viendo, incapaz de reaccionar y cuando los brazos de Eifen rodean su cuerpo, se ciño a él buscando amparo. Eifen no desea otra cosa que abrazarla, arroparla, protegerla y mostrarle todo el amor que lleva dentro. Con enternecedor cariño, acariciando su pelo, sintiendo palpitar de su corazón, el tiritar de su cuerpo, se afana en calmar a la asustada mujer y ella, sintiéndose protegida, va relajándose, entregándose a las sensaciones del cuerpo, sin contenerse, y liberando los instintos, ambos jóvenes rodaron entrelazados por el verde prado. Se entregaron a satisfacer el deseo de sus cuerpos, las sensaciones y los estremecimientos no saciaban sus apetencias, empapados en los sudores, exaltados y apasionados, no concluyeron de amarse hasta quedar extenuados, profundamente dormidos.
A la mañana siguiente, Veife y su hijo Eifen se dirigieron a la palloza de los Viar para pactar las condiciones de la unión de los jóvenes, dando paso a grandes festejos.
Establecido el oportuno convenio, Dumia paso a pertenecer al clan de Evei, Veife, se sentía honrado por los dioses, lo vislumbrado por, su padre Evei,verdadero adivino, sé ha cumplido y sabe que los dioses bendicen a Eifen, el destino espera al que será, el gran guerrero de los Ancares.
Nadie en Cervasos duda de sus genios protectores pero en el caso de Eifen su genio vino en forma de extraño viajero que encontró desfallecido, prácticamente sin vida, en las cercanías del clan de los Vilachá. Lo cargo en su montura y así se presentó en el castro. En forastero fue bien recibido, no por haber sido introducido por Eifen, el alto grado de hospitalidad que practican los ancareños es por todos conocido, y aunque no venía en busca del viento, ni de la protección del circulo o tampoco a venerar a Cheivenfei, fue acogido y auxiliado.
El exótico viajero proviene de las tierras del sur, viste túnica blanca bajo una capa caracalla, De nombre Arbo, se presenta como predicador del monoteísmo cristiano. Sus creencias las difunde desde la honradez y reconocimiento de otras religiones, de hecho los ancareños son como sus antepasados, politeístas, la adoración que profesan a Cheivenfei, no es exclusiva y también se encomiendan a otras divinidades.
Con la llegada de Arbo se organizó una algarabía: todos se disputaban el derecho de alojarle y agradar, tal es su sentido de la hospitalidad. Eiven tuvo que intervenir para mediar y establecer la forma que permitiera complacer a todos.
Arbo, prisionero de la hospitalidad, pernoctó y convivió con todas y cada una de las familias del poblado, y por todas fue agasajado: permaneció todo el invierno en Cervasos aunque no hubiera podido abandonarles hasta no haber cumplido, al menos un día con cada una de ellas, hubiera sido imposible dejarles a causa de las nieves caídas que hacían imposible transitar fuera de Cervasos, el castro quedaba aislado, al igual que todas las aldeas de los Ancares, todos los inviernos.
Arbo es condiscípulo de Prisciliano, esconde con astucia las respuestas a preguntas para las que no tiene clara contestación, insinúa que su dios, es como Cheivenfei, para seguir difundiendo la idea de un único Dios. Cuenta que Dios a creado a los hombres y mujeres iguales, y este mensaje cala profundamente entre las mujeres de la tribu que ostentan esta condición; lo dice con el corazón lleno de fe pero se aplica en su máxima, “el que sabe, calla”. Omite y silencia muchos de sus pensamientos, incluso que su maestro fue declarado hereje y brujo por sus correligionarios y decapitado: omite también que es perseguido para ser escarmentado.
El misionero priscilianista en su larga estancia en Cervasos, ostentando la condición de privilegiado, disfruto del baño caliente, gozo en mujer sin desposarse y se deleito con sus costumbres sin privarse de nada.
Con el comienzo de la primavera, el forastero abandona Cervasos con inmensa pena, en la creencia de haber convertido a sus habitantes a la fe cristiana. Va en busca de otras gentes, no lejos, a la primera aldea. Tras él, agitando los brazos en señal de despedida, Evei sonríe irónicamente, conocedor de los augurios que el futuro le depara, le despide con un ¡Que Cheivenfei te guié!
ESPERO QUE OS GUSTE, en la siguiente entrega MÁGICA REPÚBLICA ANCAREÑA -5- Tenemos UNA CITA EN CERVASOS